miércoles, 30 de abril de 2014

Lo mucho que no se de ti

A veces
siento que tienes cien mil años.
Y otras
que ni siquiera has soltado tu primer llanto.

A veces
te veo como un alma sabia.
Y otras
que tu ignorancia es tan grande que la arrancaría a bofetadas.

A veces
pienso que pasas por la vida rozando apenas la superficie.
Y otras
que hay tanto dentro de ti que ni diez mil excavadoras llegarían a tu núcleo.

A veces
me tocas delicado como si mi cuerpo no fuera de carne.
Y otras
me tomas como si tuvieras que demostrar tu poder.

A veces
te comportas como si estuvieras con tu mejor amigo.
Y otras
pones la distancia infinita que existe entre hombre y mujer.

A veces
me retas buscando algo que clave mis rodillas en la tierra.
Y otras
elevas mis palabras al cielo como si fueran sagradas.

A veces
te traspaso y te entiendo sin que digas ni una sola palabra.
Y otras
me pierdo en el único idioma que solo tu conoces.

A veces
ves la vida como si fuera tu admirada maestra.
Y otras
tu dignidad sale del pecho reclamando su sitio.

A veces
en tu deseo de conquista te veo como un guerrero medieval.
Y otras
pienso que con una simple barca podrías ser el hombre más feliz del mundo.

A veces
creo que el mundo es tu hogar,
Y otras
que tu hogar todavía no lo has encontrado.


Siempre
tengo la sensación de alguna sorpresa escondida.
Y nunca
dejarás de sorprenderme.