sábado, 12 de septiembre de 2009

El hipermercado de las emociones

-Hola buenas ¿me pone un kilo de Felicidad?

-Por supuesto. Hoy esta de suerte, se lleva el último kilo.

Mientras paseo de camino a la caja para pagar mi kilo de Felicidad, voy rastreando las estanterías. Nunca se sabe, puede ser que encuentre algo de Humanidad, el otro día me apetecía hacer un buen guiso añadiéndole Confianza y no me quedaba en casa.

Me está entrando hambre y la caja esta lejos, voy a probar un poquito de esta Felicidad que he comprado. ¡No me mires así! Seguro que tu también en alguna ocasión has probado algo antes de pagarlo.

Hum, esta Felicidad está amarga. Ya me lo comentó una amiga: “Nena, el primer bocado de Felicidad siempre sabe amargo”. Según me comentó era algo así como que tenías que sentir la amargura primero para poder saborear lo bueno después.

Vale, tengo que reconocerlo, el siguiente bocado es estupendo, mejor que estupendo, es indescriptible. La verdad es que merecía la pena probar esto de la Felicidad.

¡Por fin! Ahí esta la caja.

-¿qué le debo?

-Está de suerte. Hoy el kilo de Felicidad está de promoción. Es gratis.

Definitivamente hoy es mi día de suerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario