sábado, 12 de septiembre de 2009

El circo de la vida

Como una trapecista a punto de hacer la gran pirueta de su vida, deslizo mi pañuelo, cosido con retales de ilusiones, por mi cara y hasta mis ojos. Busco un nudo resistente que me permita no llegar a ver nada.

Me lanzo hacia el vacío en busca de tus brazos fuertes llenos de venas por las que fluyen cascadas de valor.

Mientras vuelo voy cayendo en una narcosis profunda.

Me agarras con dureza, casi con rabia, pero no me importa…porque me has agarrado. Clavas tus uñas mordidas un millón de veces sobre mi piel y el dolor no me despierta.

El pañuelo se despega de mis ojos por un golpe fortuito de viento, cae al suelo y es aplastado por la pata mugrienta de un elefante negro, acabando con mi bolsa de ilusiones.

Mientras sigo enredada en los rizos de tu pecho, vomito compulsivamente lagrimas de realidad y me vuelvo gris.

Si soltarme ni un segundo, alargas tu mano y consigues rescatar mi pañuelo cosido de ilusiones. Lo colocas de nuevo sobre mis ojos y esta vez lo anudas con muchas más fuerza.

Ya no despertaré nunca jamás.

Y me gusta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario